No puedo dormir
«¡No puedo dormir!» gritas a pleno pulmón (pobre alma desventurada, aún no eres el exultante propietario de un Dodow). Ya sabes cómo va esto: mañana estarás súper irritable y muy, muy cansado.
Lire la suiteInspirados por el yoga, la hipnosis y la meditación, el desarrollo de Dodow nos ha llevado a estudiar los métodos alternativos que existen para solucionar los problemas de salud, donde la cuestión del sueño no es más que una primera etapa.
Hoy queremos compartir contigo nuestras investigaciones y hacer que descubras consejos de salud y bienestar fáciles de poner en práctica.
Una amiga te cuenta que acaba de descubrir la hipnosis y que ha cambiado su vida... ¿le ha dado de repente un delirio hippie-paranormal o es víctima de otro nuevo tipo de estafa piramidal?
La hipnosis no es esa tomadura de pelo que sale en la televisión, rodeada por un halo de misterio gracias a los medios y a las historias góticas de moda que presentan a médiums perdiendo el control de una manera espantosa. La hipnosis es, en realidad, un proceso terapéutico con evidencias médicas, que puede ayudarte a aprender a conciliar el sueño.
El término hipnosis deriva de la palabra griega hýpnos, que significa sueño. Estar hipnotizado es hallarse en un estado de conciencia alterado, un estado de híper-sugestión relacionado con la meditación o la somnolencia. No es un estado de sueño ni un estado de vigilia.
Cuando estás consciente, actúas bajo el influjo de una serie de tabúes psicosociales. Sin embargo, cuando estás hipnotizado, la conciencia queda aparcada y la mente subconsciente (o inconsciente, depende de si estás hablando con Freud o con Janet) se pone a la escucha.
Al subconsciente se le pueden sugerir una serie de cosas, cosas que quiere hacer pero no puede conseguir cuando la mente consciente está al mando. Es como una especie de aprobación psicológica que elimina barreras en la mente.
Un estudio de la Universidad de Lieja en 2009 mostró que cuando una persona se encuentra en estado de hipnosis su percepción de los estímulos (dolorosos o no) disminuye.

Ahora que está más claro, ¿en qué casos puede ayudar la hipnosis? Es importante que consultes a tu terapeuta para conocer los detalles, pero en términos generales, estas son algunas situaciones en que la hipnosis puede ayudar.
- Para conciliar el sueño
Si padeces insomnio crónico debido a estrés, la hipnosis puede ayudarte a disipar preocupaciones. Puede practicarse con un terapeuta o en casa de forma autónoma. Se emplean metáforas y sugerencias para reducir la hiperactividad intelectual que te mantiene despierto, y puede incluso aliviar ligeramente el dolor físico que te impide quedarte dormido.
- Para el dolor
La hipno-analgesia y la hipno-sedación pueden contribuir al tratamiento anestésico del dolor crónico, la cirugía dental o el parto (por ejemplo).
- Para problemas digestivos
Algunos problemas digestivos (derivados del estrés, entre otros factores) pueden beneficiarse de una sesión de hipnosis, en especial úlceras y diarrea.
- Para problemas de peso
En la cura de la bulimia y la anorexia, aunque también para lograr la determinación necesaria para hacer ejercicio y optar por comer alimentos sanos.
- Para dejar de fumar
Si quieres dejar de fumar (tabaco o hierba) estás en buen camino, pero puedes tener problemas por los síntomas de la retirada. La hipnosis puede ayudarte a superarlos, ¡especialmente sabiendo que la tasa de éxito es del 80%!
- Para problemas psicosomáticos y psicológicos
Lo primero, el estrés, pero eso no es todo: fobias, ansiedad, problemas de memoria, timidez, impotencia, frigidez, eccema (a menudo, en niños pequeños que no pueden expresar lo que les ocurre), asma, etc.
No obstante, no cuentes con la hipnosis para las enfermedades muy serias, podrías acabar como Steve Jobs (que intentó curarse un cáncer de páncreas con fruta) o Bob Marley (que decidió ignorar la gangrena de su pie y fumar más marihuana). Respecto al abandono de drogas duras, enfermedades psicológicas graves (como la esquizofrenia) y dolencias mortales (como el cáncer de cualquier tipo), NO puedes renunciar al tratamiento médico convencional.

La respuesta a ambas preguntas es la misma: todo el mundo. Algunas personas alcanzan con más facilidad un estado alterado de conciencia, pero todos tenemos el potencial de conseguirlo si las condiciones son favorables... ¡y quieres hacerlo! De acuerdo con un estudio de la Universidad de Stanford, un 5% de la población es resistente a la hipnosis y el 10% puede llegar a un estado de conciencia alterado mucho más rápidamente.
Puedes aprender distintas técnicas de hipnosis en libros o estudios psicológicos y médicos, pero también puedes hipnotizarte a ti mismo usando guías y grabaciones de audio.
La hipnosis es absolutamente inofensiva.
Tu subconsciente es una entidad honrada, alberga tu verdadera personalidad y nadie puede obligarle a hacer lo que no quiere. Si el paciente recibe una sugerencia que contradice sus valores morales profundos (o si es algo que no le apetece nada, simplemente), saldrá inmediatamente del trance. Será incluso más difícil (o imposible) volver a hipnotizar a esta persona, porque habrá perdido la confianza en el hipnotizador.
A día de hoy, no hay en la literatura científica ningún efecto indeseado que pueda atribuirse sin asomo de duda a la hipnosis. Hipnotizarte a ti mismo o hacer que te hipnotice alguien es tan peligroso como echar una cabezada.

Al ser una técnica inofensiva y natural que depende del poder de la imaginación, la hipnosis parece un tratamiento ideal para los niños que no duermen. Por eso hicimos "Oda y el maravilloso dodo", un libro inspirado en la obra del psicólogo sueco Carl-Johan Forssén Ehrlin, para ayudarte a acostar a tus hijos.
En este libro, la inducción se manifiesta en el descenso por una larga escalera. Es una metáfora del descenso al inconsciente (las metáforas son ingredientes clave de la hipnosis, que crean un hilo conductor y ayudan al paciente a visualizar el proceso).
Las ilustraciones visuales y auditivas ayudan a los niños a imaginar un entorno que les ayuda a dormirse en su propia habitación. A lo largo de la aventura, se repiten adjetivos específicos para sugerir al niño que está cansado y necesita dormirse ya.
Las sugerencias, metáforas, requerimientos: todos ellos tienen su lugar para relajar al niño y dejarle que se vaya a dormir tranquilamente por sí solo, sintiéndose totalmente a salvo.
